Es el momento que nos tomen en serio que la ecología no solo es para gastar plata en afiches y dar clases teóricas; nosotros hemos probado que se puede y solo hay que creer en una vida donde el progreso está en sintonía con la naturaleza, dijo Ricardo Acuña presidente de Ecobarrios-Maipú a su llegada de Tierra Amarilla.
El 11 de diciembre Ricardo Acuña viajó a Tierra Amarilla, Copiapó, a dar charlas de una verdad que ya deja de ser solo teoría en el papel y darse doctorados sin realizar ninguna obra práctica que los respalde, situación que no ocurre en Maipú, corazón histórico de Chile, donde se ha instalado una población casi completa con un sistema de vida respetando el equilibrio ecológico.
Cultivo de huertos vecinales donde concurren los vecinos cuando estiman necesario a sacar dos o tres hojas de acelga en su tiempo para la comida, o dos tomates, hojas de hierbas medicinales, etc., pero además con pasajes y calles que parecen jardines extraídos de películas, todo en un barrio modesto donde cada acción para preservar este Ecobarrios, más que un sacrificio es una satisfacción de mantener este equilibrio entre el progreso y desarrollo, con las leyes no escritas de la naturaleza.
Así lo entendieron los atacameños que financiaron su viaje en avión y estadía de un día a Ricardo Acuña solo para que fuera a explicar cómo se consigue que esta iniciativa se inicie, se mantenga y se proyecte, sin tratados internacionales, sin ayuda municipal (hace 5 años), pero con mucha mística, fuerza ciudadana y de paso el respeto a la familia vecinal.
Acuña entregó una charla de sus vivencias en la creación del primer Ecobarrios de Chile ante dirigente sociales de Tierra Amarilla en la sede social de la junta de vecinos de Alto Meléndez con motivo de la cuarta versión del ciclo que charlas medioambientales con foco en Ecobarrios, charla transmitida vía Instagram
Alla fue recibido prácticamente como héroe ecológico, asevera Acuña. aunque solo creo que es “un gran ejemplo de maipucinos que quieren replicar Ecobarrrios Maipú en Tierra Amarilla Copiapó”, señala Acuña, sin poder disimular su alegría que este proyecto que nace de una gran tala de árboles se haya convertido en este proyecto de vida sana, sustentable en los tiempos con educación, respeto y una gran proyección de vida ciudadana en una población de extracto humilde, pero con mucho amor propio para buscar su bienestar.