Señor Director:
En estos días, mientras José Antonio Kast lidera por primera vez la encuesta Cadem, surgen voces desde la propia derecha intentando convencer al país de que “Kast no puede ganar”. La diputada Ximena Ossandón (RN) repite esa frase con una convicción que revela más temor que certeza.
Pero el miedo no está en los datos —que favorecen a Kast frente a Matthei— sino en los pasillos de ciertos partidos y directorios empresariales. Porque saben que un liderazgo como el de Kast, coherente y sin compromisos con la vieja política, amenaza directamente la continuidad de su fiesta privada.
Mientras a Evelyn Matthei se le acerca con entusiasmo la casta de siempre —esa mezcla de operadores, empresarios y tecnócratas preocupados por proteger sus negocios—, en el entorno de Kast vemos profesionales honorables, con vocación de servicio, y sin pasado que ocultar.
Tal vez por eso le temen tanto. No porque no pueda ganar… sino porque si gana, se acaba el negocio de muchos.
Atentamente,
Christian Slater Escanilla
Un Patriota sin Partido Político.