Hace tres meses atrás entre a comprar aceite donde la señora Elvira quien tiene un pequeño negocio de abarrotes en el barrio, cuando le pregunte como votaría me dijo “estoy clara que rechazo; el Boric tiene la media escoba en el país, mire tengo que tener el negocio lleno de candados para que no me asalten, trate de explicarle que esta votación era mucho mas importante y que no se estaba aprobando o desaprobando a Boric.
Al final me di cuenta que esta elección no iba a sancionar el derecho a las leyes sociales si no es que iba a sancionar las torpezas de este y los otros gobiernos frente a la problemática de la seguridad y la economía, situación que el pueblo no mide por los índices económicos, ni mucho menos por los índices de desigualdad, simplemente mide cuanta fruta y verduras compra en la feria, o con cuanto le alcanzara para comprar en el supermercado visita que no hace confiada.
Esta votación se midió en cuantos extranjeros entran a delinquir o cuantos delincuentes salen por la puerta giratoria, la mayoría fueron por sentirse mas seguros o un dos o tres momias frente a lo que hoy tiene.
Digo eso porque no entendía como los nortinos que tienen que hacer sus necesidades por falta de agua en los matorrales, porque les cortan el agua en los cerros para regar un palto que dicho sea de paso cada árbol necesita más agua diaria que 10 seres humanos, votaron rechazo.
Como los habitantes de Quinteros o Con Con que mueren día a día por canceres causados por los elementos tóxicos que la industria expande y que están en zona de sacrificio, votaron rechazo.
No entendía como los millones que aprobaron el cambio de constitución borraron con el codo lo que escribieron con la mano, votaron rechazo, ahora ya pasada la batalla me doy cuenta de que los generales que comandaron las filas del apruebo cosecharon lo que sembraron, generales jóvenes muy jóvenes, prepotentes, esquivos, a veces insolentes, como “el pelao vale”, la tía “pikachu”, el que respondió desde la ducha, fueron al final los jinetes del apocalipsis.
El pueblo habló, no para rechazar una constitución, hablo para que enmienden el rumbo, aquellos impetuosos que se creyeron el cuento y que despreciaron a los dirigentes sociales y a todos quienes representan al pueblo en sí, que les sirva de lección, hoy dependemos de la derecha para hacer una nueva propuesta, sabiendo bien que cuando se negocia con ella, la derecha siempre gana.
La señora Elvira se dio cuenta del mensaje que me envió, obviamente votó rechazo, yo no lo vi venir, ahora me doy cuenta que sabiamente tenía razón; todos debemos dar muestra que lo esencial es darle seguridad al pueblo entonces solo entonces quizás gane el apruebo.
A los aprendices de brujos locales que vaticinaron el triunfo holgado del apruebo pseudo líderes locales solo les resta decirles que se saquen las botas de terciopelo, se pongan las botas de barro y salgan a las calles a escuchar especialmente a las poblaciones periféricas, son millones los chilenos que con este rechazo pasaran de ser de clase media a pobres, solo basta un evento como una enfermedad costosa para dar el paso a pobre.