A mí juicio, las causas del resultado de este plebiscito, fue una reacción impulsada por el miedo, el egoísmo, falta de información fidedigna, las que fueron opacadas por las campañas de desinformación de un sector económico que se niega a perder poder y otorgar una mejor calidad de vida a la gente.
Soy una persona común, con miedos, sueños y esperanzas, que quiere un País más justo y equitativo, no para mí, sino para mis generaciones y la juventud chilena que merece mejores oportunidades de desarrollo, de vida, de estudios y acceso a la educación superior sin tantas trabas.
Ese era el anhelo al Aprobar. Pero el resultado del Plebiscito de este domingo 4 de septiembre fue una Lápida para quienes teníamos la ilusión de una mejor calidad de vida para la familia, para los vecinos, para cada joven que nace con las esperanzas de un mundo mejor y para quienes están al término de la vida, solamente tener un buen pasar.
Aquí los únicos triunfadores son quienes seguirán gozando de los privilegios que les asegura la Constitución Actual, y que no estaban dispuestos a perderlos.
Los pobres son los sin Derechos porque RENUNCIARON a ellos al votar RECHAZO y que, con el tiempo, con la marcha de la historia, se irán dando cuenta que arrastraron a sus familias a las más tristes MISERIAS.