Cada año, se reunían una cincuentena de floridanos de corazón constituidos por socios y ex jugadores del club Florida Loma Blanca, que se reúnen en la primera quincena de diciembre de cada año con el fin de pasar una tarde agradable en una jornada interfamiliar de los oro y cielo.
Esta vez, por temas de pandemia la presencia fue menor a la tradicional despedida, pero con el mismo entusiasmo se realizó la extensa jornada el pasado sábado 11 de diciembre, con alta temperatura, a una semana de la segunda vuelta presidencial.
El encuentro fue una casona cercana a O´Higgins con Victoria, que contaba con piscina, parrilla, refrigerador y un comedor para que todos disfrutaran de un asado, cerveza y bebidas, para concluir con wiski de bajativo, lo que permitió pasar una tarde agradable, donde se bañaban los niños, jugaban dominó o brisca los adultos y otros contaban anécdota de vida en una mesa redonda donde cada cual colocaba más énfasis en sus intervenciones, destacando “Guaita” con sus mentiras verdaderas, Pizarro con sus dilema de su Abrazo de Maipú de siempre y sus amigos en Florida y las propias del “Pato” Hormazabal, uno de los organizadores del evento y “Kelo”, el “multicamisetas” que atendía a los asistentes con un destilado de cebada.
Las tradicionales fotos de grupo, donde faltaron algunos que seguían conversando y los niños disfrutaban de piscina. Es una fiesta de fin de año, donde recordamos lo bueno y lo menos bueno, en un año en que estamos saliendo de pandemia, recordando algunos que los llevó el “bicho” pandémico, nos relata Hormazábal, buscando la fraternidad donde nos faltaron algunos, pero la esencia del encuentro para despedir el año, sacar de la experiencia de un año que no tuvo buen término y la esperanza de un año mejor, si se cumplió cabalmente.