A dos años del denominado Estallido social” o La Revuelta estudiantil, hay mucho aún que pensar, manteniendo activas las inquietudes. La experiencia señala que hubo que destruir US 3 mil millones EN TODO Chile para que el mundo político, sordo hasta el día de hoy, se reuniera para dar una salida “democrática” a la gran deuda social…que siempre pagan los más pobres, para esos mundos políticos los más desposeídos y o los más vulnerables.
Ese ejemplo de gastar dinero en gente más pudiente, en los favorecidos del régimen, es sin duda algo que se mantiene, entre los que se adjudicaron la victoria del 18 de octubre y los que se consideran vencidos en sus privilegios con esa crisis social que nunca debió ocurrir, pero los trabajadores, los estudiantes y sobre todo las dueñas de casa que poco o nada podían hacer para administrar económicamente el hogar, situación que terminó por reventar con una explosión social.
Eso se ve reflejado aún en diversos ámbitos, en la falta de calidad moral de políticos que quieren seguir en el parlamento saltando luego de 20 años en la Cámara al Senado, sin más que tener recursos para pagar activistas de campaña, así como otros que nada hicieron y endeudaron al Estado o municipios y quieren seguir en esa línea merced a su empatía.
En contratos a amigos que sobrepasan largamente en Maipú en sueldo a los trabajadores de planta, menoscabando a trabajadores, jefaturas y direcciones que hasta el momento han mantenido funcionando la Municipalidad por su inercia. La inexperiencia puede llevarnos a un nuevo desaliento que se puede manifestar a contar de marzo.
Día de reflexión, día para pensar en el Chile que queremos, con ciudadanos que tengan las mismas oportunidades, que las coimas desaparezcan y tengan las penas judiciales que se merecen, los méritos sean la vanguardia de un Chile para todos. Que el mundo político recupere su esencia de representar a su electorado y no a sus padrinos empresariales; que vuelvan a ser políticos y dejen de ser comerciantes pensando en su futuro personal; que el profesorado, que es el maestro inicial de los futuros presidentes y presidentas de Chile, tengan por fin su estatus que se merecen; que los trabajadore sean reconocidos por lo que producen y su aporte al crecimiento del país, que los empresarios ganen los justo y paguen sus impuestos que la ley les impone, sin las argucias impuestas por políticos corruptos para congraciarse con los poderosos. Esa será una forma de llegar a vivir en paz y progreso en nuestro Chile.
Hasta antes de ese 18 de octubre de 2019, los estudiantes pedían que la educación dejara de ser una empresa más, que se trabajara para que Chile les diera oportunidades una vez egresado, que sus abuelos tuvieran una pensión justa, donde su madre pudieras ser atendida con dignidad en un servicio de salud… esa sordera costo al erario nacional U$ 3 mil millones; ¿pero como los miró el empresariado?… como una oportunidad de ventas, de negocios y nuevas licitaciones; subiendo el precio del fierro, el cemento y vidrios entre otros. Se amplio la empresa, hubo que construir cierres de cortinas de acero, crear nuevas empresas de seguridad, entre otras.
Se intento meter a estas protestas al ejército de Narcos, creando vandalismo, robos de tiendas, pero nunca se supo de esos iniciadores que descerrajaron candados y luego desaparecieron. Tampoco de aquellos que en bicicleta repartían panecitos con mantequilla de marihuana y papelillos para la fuerza. Por supuesto que eso distrajo las policías que se vieron en dos frentes y debieron solo obedecer las órdenes iniciales
Hoy, ese 18 de octubre, se ve como una última oportunidad, refrendada por la gran marcha del 25 de octubre del 2019, es decir una semana después, que permitió de alguna forma decir basta, basta de desigualdad, basta de persecuciones, basta de corrupción, basta de negociados a costo del erario estatal… que son los recursos nuestros.
Solo basta meditar porque solo se detuvieron a quienes protestaban y no a los que incitaban al saqueo, aunque se pillaron en la quema de la Iglesia a uno con el pelo corto del cual nunca más se supo..
Diferentes partidos se adjudicaron esas protestas, aunque las del millón de personas fue sin banderas, impuesta por la auto convocatoria. Un mes después, el mundo político firmaba “un tratado de paz” para buscar una salida democrática, que se inicia con el plebiscito del Apruebo el 25 de octubre del año 2020, al que muchos partidos se opusieron, de derecha e izquierda.
¡No hay que aflojar!, pero tampoco hay que darles el gusto de mantener la democracia “custodiada!” o “protegida”, como lo señalaron los creadores de la actual Constitución el año 1980 y busquen recuperar nuevamente con la fuerza de las armas sus privilegios tan añorados por el 1% del mundo civil.
Un 18 de octu8bre de reflexión, un 19 de planificación para un Chile Mejor.
A la fecha nada se ha ganado, solo buenas intenciones, como el estudio de una Nueva Constitución, pero que para que su contenido favorezca a una nueva sociedad, sepan que solo hay una huella con muchos muertos, muchos mutilados, muchos presos, que han creado en una nueva reconquista de la democracia.