CHILE: EN EL BARRIO DE LA COCA.

Señor Director:

 Teniendo a mano un paper del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), de febrero de este año, resulta alarmante cómo la Madre Patria nos cataloga en el “barrio de la coca”. Informe que también nos alerta sobre el tráfico de armas, la explotación ilegal de la minería, la trata de personas, el tráfico de autos robados y los atisbos de entidades foráneas que tras fachadas ficticias se relacionan con el terrorismo islámico.

En el caso
de Chile, se suma a lo anterior, la escasa presencia del Estado en zonas
geográficas de difícil acceso, lo que en Chile conocemos como Fronteras
Interiores y que muchas veces no solo es un problema de conectividad, sino
también, de decisión política, al aceptar que en las grandes ciudades existan
barrios y poblaciones, donde no llega la ley ni la autoridad, favoreciendo la
radicación de estos grupos que operan con un sistema paralelo de auto
protección y sometimiento por el terror, para sus intereses delictivos.

Una
consecuencia de la incapacidad del Estado, a través del gobierno de turno, para
controlar “efectivamente” el territorio, las fronteras y la violencia
ciudadana, con los medios tradicionales que la ley le otorga, situación que ha
obligado al Gobierno a decretar el Estado de Excepción Constitucional de
Catástrofe, bajo el mando y responsabilidad de una autoridad militar, en las
Regiones de Biobío, La Araucanía y Los Ríos, como también, incrementar el
control de más de 130 pasos ilegales en la frontera con Perú y Bolivia, más conocido
como el Plan Frontera Norte. Medidas todas, que involucran a las Fuerzas
Armadas de Orden y Seguridad Pública, especialmente al Ejército de Chile, en
actividades no tradicionales.

Ser
polivalentes, ayuda, pero no es la solución a todos los problemas que deberán
enfrentar en el futuro. La estricta y controlada formación ética y moral de sus
integrantes —desde sus primeros pasos en cada institución— como también nuevos
planes de estudios de instrucción y entrenamiento, que se adapten a las
necesidades futuras (revisar los acuerdos del naciente PROSUR, sería un buen
comienzo), debería ser la principal preocupación de sus mandos, por supuesto y
como siempre, sin desnaturalizar su función principal: La Defensa.

Christian
Slater Escanilla

 Coronel ® de Ejército.