”El gran engaño”.

Por Luis Gómez

Para todos quiénes la democracia es el modelo que nos satisface para vivir en sociedad es bueno recordar y reflexionar lo qué ha veces se nos presenta como una épica democrática y representativa de los anhelos de un pueblo y resulta una gran mentira.

En estos días se están celebrando los 60 años de la
“Revolución Cubana” (1959), incluso el Municipio de Valparaíso
facilitó sus dependencias para aquellos que aún piensan que lo acontecido en la
isla es un ejemplo a seguir.

La bandera de lucha de estos “revolucionarios”,
era volver a instaurar el estado de derecho definido en la constitución de 1940
(redactada en democracia) que había derogado el dictador Fulgencio Batista.

Si uno revisa esa constitución en ella se establecía como un
derecho de los ciudadanos cubanos a la libertad de culto, se establecía el
respeto a la propiedad privada, la libertad de prensa y la libertad de
expresión.

Cuando Fidel Castro y sus “revolucionarios ingresaron a
La Habana el primero de Enero de 1959 el pueblo cubano aún sostenía la
esperanza que se restaurarán esas libertades de la constitución de 1940, que
era la principal promesa para que apoyarán la revolución, esa era la promesa de
Fidel y así lo expresó, cuando visitó la sede de la ONU donde también señaló
que no era comunista y que su revolución no era de inspiración Marxista
Leninista.

La esperanza del pueblo cubano de vivir en una democracia,
se diluyó rápidamente, los líderes de la revolución mostraron rápidamente
cuales eran sus verdaderas intenciones, nunca restableció la constitución
democrática de 1940, al contrario, se suprimió la libertad de expresión, se
acabó la libertad de prensa, se suprimió la propiedad privada y se determinó
por decreto que el pueblo de Cuba debería ser ateo ya que se suprimió la
libertad de culto.

Se instauró la legalidad de un solo partido político, el
comunista y a quienes elevaron su voz de rechazo o se les fusiló o encarceló
(Hubert Matos).

Fidel, su hermano Raúl y el Che Guevara instaurar un los
campos de concentración, el más famoso, el cuartel de la cabaña, a cargo de
Guevara donde a través de juicios sumarios se fusiló a más de 3.000 personas,
acto defendido por este psicópata en la asamblea de las Naciones Unidas en
1964, donde señaló ” Si hemos fusilado, fusilamiento y seguiremos
fusilando mientras sea necesario”, sin duda alguna para el “el
necesario” sería mientras hubiera alguien que pensará distinto a ellos, en
esa visita también declaró que los combatientes de la revolución debían
convertirse en máquinas de matar. Este personaje después fue enviado a Bolivia
para organizar una revolución por los hermanos Castro, allí fue abandonado a su
suerte por sus compañeros de lucha ya que se había convertido en un personaje
molesto, ya que él adhería al método revolucionario Maoísta, que era más
sanguinario que el soviético con quiénes estaba molesto por retirar por haber
retirado los misiles de la isla por la presión norteamericana, lo que estuvo a
punto de desencadenado la tercera guerra mundial.

La pregunta que debemos hacernos es que…

Su revolución fue un tremendo fracasó, aún así en Chile
muchos añoran para nuestro país ese modelo de sociedad y hoy se reúnen para
conmemorar el gran engaño.

Fidel murió, el Che murió, queda Raúl cómo testimonio de una
mentira viviente.