El doble estándar y la política

Luis Gómez

Camilo Catrillanca no es el
primer muerto en la Araucanía, también ocurrieron cuando nosotros éramos parte
del  gobierno de Michelle Bachelet (3
muertos) y no observé este nivel movilización y repudio ante actos de abusos de
autoridad de parte de carabineros como veo hoy, no se pidió la renuncia del
Director institucional de entonces, hoy procesado por torturas y la muerte de
un joven estudiante en la época de la dictadura, no se pidió la renuncia del
ministro del interior y su subsecretario, no se pidieron renuncias por los
montajes de la operación huracán, no se retiraron las fuerzas especiales y el
GOPE de la zona.

Creo que los que hoy
defienden los derechos humanos fueron en aquel entonces cómplices con su
silencio de hechos que hoy se repiten, pero hoy si salen a levantar las
banderas por que los que gobiernan son otros; camaradas se que lo que estoy
señalando no es políticamente correcto, pero lo siento mucho, no me gusta el
doble estándar, venga de donde venga, creo que como sujetos que vivimos en
sociedad no podemos comportarnos de acuerdo a intereses particulares, sino que
debemos hacerlo en base al bien común.

Hoy no veo en los portavoces
de la política una identificación con ese ideal, la política es una actividad
noble que debe inspirar confianza en quienes la ejercen, hoy veo que ese
principio no prevalece en ninguna corriente política, tampoco en la nuestra.

No se puede enarbolar la
bandera de los principios y valores de la justicia social solo cuando nos
conviene, las personas públicas que así lo hacen no se merecen nuestro respeto
y respaldo por que no sabemos si en el futuro resguardarán los intereses
comunes de la sociedad si estos son contrarios a sus intereses particulares.

 Por favor no mas doble estándar, no mas
hipocresía en la política, el bien común en la sociedad lo construimos todos
sin egoísmo, con respeto hacia las personas dejando de lado las consignas con
las cuales se pretende dar la impresión que se defiende lo justo cuando en el
fondo estamos dañando la convivencia social

Luis Gómez